domingo, 27 de diciembre de 2009

Muerte

Era una mañana como cualquiera, pero era tarde. X se levantó de la cama y se preparó para salir a la escuela. Bajó a desayunar. En la mesa ya estaba sentada su madre leyendo el diario. X la saludó y se preparó el desayuno. Comió en silencio, X pensaba y un momento, en un susurro, dijo:
- Tarde... -
- ¿Qué? ¿Dijiste algo?- pregunto su madre sobresaltada.
- No - y X terminó de beber su café con leche. Se dirigió hacia el living, recogió su mochila y salió. Era tarde.
Cuando cerró la puerta escucho los pasos apresurados de su madre, quería decirle algo antes de irse pero X caminó hacia la parada porque era tarde.

La parada de colectivo se situaba a unas 7 cuadras de su casa, si se cruzaba el parque. Generalmente X lo rodeaba y caminaba un tanto más, no era recomendable cruzar tan temprano por ese lugar ya que en caso de necesidad, era imposible conseguir ayuda. Sin embargo, X cruzó la calle e ingresó allí con suma indiferencia. Hoy era un día cualquiera pero hoy era...
Cuando llegó a la parte más alta del sector vio una figura al costado del recorrido. Un payaso desnutrido vestido coun una ajustada malla de bailarín de color negro, el unico rastro de piel visible era su rostro y cuello de un color blanco como la leche. X no se detuvo, ni aminoró o aceleró el paso, siguió caminando pensando que hoy era un día cualquiera pero hoy era...
- ...tarde - dijo el shinigami con una voz parecida al eco de una caverna. X levantó la cabeza y olió el aroma de la flor del paraíso, pero siguió caminando hacia delante.